HOLA… DE MOMENTO

La foto de más abajo, la de blanco y negro, es de un tiempo que ya empiezo a dudar si alguna vez existió. Lo que sí es cierto es que muchas de las personas que habitaron ese tiempo ya no existen. ¿Y yo? ¿Existo aún? Parece ser que una forma de comprobar que uno está vivo, en estos tiempos, es tener un blog. Hasta hace unos años me resistí a tenerlo simplemente por una razón: falta de interés. Después abrí uno, colgué una pequeña historia, y no volví a escribir más. Parecía que, definitivamente, esto de los blogs no era para mí. En realidad los blogs no se diferencian mucho de los antiguos diarios personales. Tan sólo en una cosa: que el diario personal era algo íntimo y que no compartías con nadie. Aquí es justo al revés. Se trata de que todo el mundo (en sentido literal) se entere. Casi nada.

Cuando era niño comencé a escribir un diario. No pasé del segundo día. La historia se repitió con mi primer blog. Pero ahora he decidido tener uno… y usarlo. Supongo que las condiciones, mis condiciones, han cambiado. Hum…

Este blog se llama PANDEMOLDE. La explicación está dentro de ese apartado que se llama (lo has adivinado) PANDEMOLDE. Si estás interesado, ya sabes.

Estas líneas, en realidad, son a modo de prueba. A ver si soy capaz de hacer algo coherente con todos estos iconos, log ins & log outs, posts & pages… no es fácil. Con este blog no pretendo nada (exceptuando eso que se llama PANDEMOLDE  y que es imprescindible leer para saber de qué va). Bueno, no pretendo nada… o tal vez sí. Eso ya se verá. Posiblemente estoy ante otro intento fallido. Who knows?

De momento, y para no extenderme, aquí va otra foto (si es que consigo descargarla o subirla, o como se diga). Esta es en color. La tomé yo en un tiempo que, aunque ya no era en blanco y negro, también dudo si alguna vez existió. Yo solía hacer fotos con una vieja máquina (ya entonces era vieja) que tenía una funda de cuero marrón. No sé qué fue de ella. En la imagen: La Romántica Banda Local. En primer plano, Carlos Faraco, cantante y cráneo “previlegiado” (incluso con rulos o bigudíes). “Voy cruzando Atocha… sobre los puentes hay que reducir…”. Detrás y al violín, Enrique Valiño. A su lado y a los teclados, Fernando Luna. Y un guitarrista del que, lo siento, no recuerdo el nombre. Actuaban en Rockola (o quizá todavía se llamaba Marquee, las letras al fondo… hum). Forma parte de una serie de diapositivas que hice en Rockola, creo que en 1981 o así. Fotos en las que posaron para mí gentes como Carlos Berlanga, Santiago Auserón, Fabio McNamara… y una serie de personajes y músicos, musas y diletantes que habitaban un mundo subterráneo hoy ya desaparecido. Quizá algún día las saque a la luz. ¡Ver viejas fotos mola!